Comenzaré por decir que la entrada de hoy es un poco diferente a las que suelo publicar en este blog, pero creo que os resultará interesante dado el contenido del que trata.
Hace unos días me dió por visualizar unos CD´s viejos en los que tenía fotos de bonsái y he encontrado materia prima para montar un reportaje que, en mi modesta opinión, casi se podría considerar, con la perspectiva que da el tiempo, como un pequeño documento histórico del bonsái en nuetro país.
Corría el año 2.004 y en la ciudad de Salamanca se celebraba un evento alrededor del yamadori, en el que además se realizaron unos talleres. El alma mater de aquel encuentro fue Luis Vila, de sobra conocido hoy en día por liderar El Tim Bonsái, pero por aquel entonces era casi un completo desconocido para el aficionado de nuestro país. Este acto tenía lugar en el Centro Cultural de Japón, situado en el Palacio de San Boal y perteneciente a la Universidad de Salamanca.
Estaba previsto que acudiesen a dar los talleres dos nombres propios en el bonsái europeo: David Benavente y Marc Noelanders. Quiso el destino que, por motivos que no vienen ahora a cuento, Marc Noelanders no llegase a tiempo para impartir los talleres que tenía asignados. De este modo fue como David se vió como único maestro para impartirlos. Allí acudimos aficionados de diversos puntos de la geografía española, algunos de ellos bien distantes. En ese taller se trabajaron tejos, sabinas, romeros, etc. Sin embargo los que asistimos a esta reunión la recordamos por otro motivo y es que allí fue donde David tuvo el primer contacto con su ya famosísimo pino en cascada.
Hace unos días me dió por visualizar unos CD´s viejos en los que tenía fotos de bonsái y he encontrado materia prima para montar un reportaje que, en mi modesta opinión, casi se podría considerar, con la perspectiva que da el tiempo, como un pequeño documento histórico del bonsái en nuetro país.
Corría el año 2.004 y en la ciudad de Salamanca se celebraba un evento alrededor del yamadori, en el que además se realizaron unos talleres. El alma mater de aquel encuentro fue Luis Vila, de sobra conocido hoy en día por liderar El Tim Bonsái, pero por aquel entonces era casi un completo desconocido para el aficionado de nuestro país. Este acto tenía lugar en el Centro Cultural de Japón, situado en el Palacio de San Boal y perteneciente a la Universidad de Salamanca.
Estaba previsto que acudiesen a dar los talleres dos nombres propios en el bonsái europeo: David Benavente y Marc Noelanders. Quiso el destino que, por motivos que no vienen ahora a cuento, Marc Noelanders no llegase a tiempo para impartir los talleres que tenía asignados. De este modo fue como David se vió como único maestro para impartirlos. Allí acudimos aficionados de diversos puntos de la geografía española, algunos de ellos bien distantes. En ese taller se trabajaron tejos, sabinas, romeros, etc. Sin embargo los que asistimos a esta reunión la recordamos por otro motivo y es que allí fue donde David tuvo el primer contacto con su ya famosísimo pino en cascada.
En efecto, uno de los árboles que se le pusieron delante a David había de ser el árbol que mayor gloria le reportaría. Su propietario de entonces era Raúl de Lleida, también conocido por Nikito en los foros de bonsái y a quien El Tim ha dedicado una entrada hace escasas fechas. La verdad es que el árbol ya tenía presencia, de hecho nos impacto muchísimo y seguimos con atención los trabajos que se le hicieron. Os lo presento como llegó al taller, visto desde lo que aun hoy es su frente.
Y el lateral Izquierdo.
Como véis, aunque el pino ya era bonito, todavía le faltaba bastante para llegar a
ser lo que mas tarde sería considerado como una obra maestra. La maceta tampoc ayudaba demasiado, siendo a todas luces excesivamente grande. Os muestro otras fotos que tengo del antes, para que os podáis recrear en ellas.
ser lo que mas tarde sería considerado como una obra maestra. La maceta tampoc ayudaba demasiado, siendo a todas luces excesivamente grande. Os muestro otras fotos que tengo del antes, para que os podáis recrear en ellas.
Detalle del ápice antes del alambrado.
Incluso conservo un pequeño video en el que David le comentaba algunas particularidades sobre el diseño del ápice a Raúl. Os pongo el enlace para que le echeis un vistazo.
https://docs.google.com/folder/d/0B--z-XmgJo51aTB1eVotS2p5dzA/edit?usp=sharing#docId=0B--z-XmgJo51NVhpTENGZ3B6SlE
Basicamente lo que demoró la mayor parte del tiempo fue el alambrado. Una vez que David dio las instrucciones precisas a Raúl, éste se metió al tajo. En la siguiente instantánea lo vemos charlando con Leo Blanco mientras colocaba alambre. Todavía le quedaba toda la parte colgante por terminar.
Al medidodía tenía más o menos la mitad del árbol alambrado pero, en ese momento, se agolpaba una gran cantidad de gente a las puertas del Palacio.
No, no os creais que había una gran afluencia al evento. No, es que era la hora de comer y habíamos quedado de reunirnos en este lugar para ir todos juntos.
Una vez saciado el estómago se continuó con la jornada de tarde. Poco a poco el pino quedó totalmente cubierto de alambre. Cuando esto tuvo sucedido pasó David para colocar la ramificación. Poco a poco la cosa iba tomando color hasta que, finalmente, ya pudimos ver al pino totalmente modelado. Os muestro algunas fotos de como quedó al final del taller.
Y aquí su entonces feliz propietario con la obra finalizada. La cara de satisfacción lo decía todo.
Pero algo estaba ya escrito en el destino de este pino y algo de premonitorio emana también de la siguiente foto. Resulta que al final del taller los miembros de la Asociación Cultural Bonsái Coruña le pedimos a David que se hiciese una foto con nosotros. Fijaos como se ha colocado al lado del bonsái y hasta le coloca el brazo encima como queriendo decir. "Mío".
Cuando el taller hubo terminado tuvimos ocasión de salir a ver el ambiente universitario salmantino. Ya era de noche, pero eso no quitaba de que pudiésemos disfrutar de las vistas de la ciudad.
Chascarrillos aparte, he de decir que al día siguiente se celebraba un mercadillo en casa de Luis Vila, al cual acudimos a primera hora de la mañana. Allí nos sorprendió ver como uno de los árboles que estaban a la venta o para intercambio era el pino protagonista de esta historia. No sé muy bien que fue lo que pasó por la cabeza de Raúl durante la noche, pero el caso es que al día siguiente había tomado la decisión de desprenderse de él. Las negociaciones entre David y él comenzaron en ese momento y el resto de la historia ya la conocéis. David ha conseguido elevar la calidad de este árbol a la cagtegoría de "Obra Maestra", no en vano ha sido distinguido con numerosos premios en certámenes de prestigio: Ginkgo, Noelanders, Alcobendas, Niemeyer, etc. Os dejo, para terminar la entrada, con la foto de la obra hace un año y medio en la Niemeyer de Avilés.
Espero que lo hayáis disfrutado, cuento con vosotros para la siguiente singladura.
Juan Liñares
P.D.: Quiero agradecer a Eduardo Calviño la cesión de las fotos para este artículo. En aquella jornada él fue el fotógrafo y a su buen hacer debo ahora la posibilidad de poderos mostrar este reportaje.
https://docs.google.com/folder/d/0B--z-XmgJo51aTB1eVotS2p5dzA/edit?usp=sharing#docId=0B--z-XmgJo51NVhpTENGZ3B6SlE
Basicamente lo que demoró la mayor parte del tiempo fue el alambrado. Una vez que David dio las instrucciones precisas a Raúl, éste se metió al tajo. En la siguiente instantánea lo vemos charlando con Leo Blanco mientras colocaba alambre. Todavía le quedaba toda la parte colgante por terminar.
Al medidodía tenía más o menos la mitad del árbol alambrado pero, en ese momento, se agolpaba una gran cantidad de gente a las puertas del Palacio.
No, no os creais que había una gran afluencia al evento. No, es que era la hora de comer y habíamos quedado de reunirnos en este lugar para ir todos juntos.
Una vez saciado el estómago se continuó con la jornada de tarde. Poco a poco el pino quedó totalmente cubierto de alambre. Cuando esto tuvo sucedido pasó David para colocar la ramificación. Poco a poco la cosa iba tomando color hasta que, finalmente, ya pudimos ver al pino totalmente modelado. Os muestro algunas fotos de como quedó al final del taller.
Detalle del ápice |
Cuando el taller hubo terminado tuvimos ocasión de salir a ver el ambiente universitario salmantino. Ya era de noche, pero eso no quitaba de que pudiésemos disfrutar de las vistas de la ciudad.
Chascarrillos aparte, he de decir que al día siguiente se celebraba un mercadillo en casa de Luis Vila, al cual acudimos a primera hora de la mañana. Allí nos sorprendió ver como uno de los árboles que estaban a la venta o para intercambio era el pino protagonista de esta historia. No sé muy bien que fue lo que pasó por la cabeza de Raúl durante la noche, pero el caso es que al día siguiente había tomado la decisión de desprenderse de él. Las negociaciones entre David y él comenzaron en ese momento y el resto de la historia ya la conocéis. David ha conseguido elevar la calidad de este árbol a la cagtegoría de "Obra Maestra", no en vano ha sido distinguido con numerosos premios en certámenes de prestigio: Ginkgo, Noelanders, Alcobendas, Niemeyer, etc. Os dejo, para terminar la entrada, con la foto de la obra hace un año y medio en la Niemeyer de Avilés.
Espero que lo hayáis disfrutado, cuento con vosotros para la siguiente singladura.
Juan Liñares
P.D.: Quiero agradecer a Eduardo Calviño la cesión de las fotos para este artículo. En aquella jornada él fue el fotógrafo y a su buen hacer debo ahora la posibilidad de poderos mostrar este reportaje.