Una subasta en un conocido portal de bonsái ha sido la causante de que llegase a mi colección el ejemplar del cual versará el relato de hoy. Se trata de un pequeño Pinus thumbergii con un tronco muy sugerente, que enseguida logró captar mi atención. Cuando, al fin, supe que había sido yo el ganador me alegré. Venía en una maceta japonesa de cultivo. Enseguida pensé en trasplantarlo, así que seleccioné otra redonda y de gres. Ha pasado más de un año desde entonces y el pino ha respondido muy bien. El pasado mes de febrero rebosaba vigor, por lo que decidí remodelarlo. El aspecto que presentaba entonces era el que podéis ver en la fotos que ahora siguen:
EL REMODELADO
Naturalmente, en una intervención de estas características, lo primero que suele hacerse es una limpieza de agujas. Así que eso es lo primero que afronté. Parece mentira, pero con sólo esta operación el árbol cambia bastante. Incluso de color, diría yo. Por lo general se vuelve de tonalidades más claras que antes de eliminar la acícula vieja. Lo podéis comprobar en las siguientes fotografías.
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Dorso |
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Dorso |
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Frente |
Como podréis deducir viendo la fotografía anterior, se aprovechó la ocasión para eliminar alguna ramita mal ubicada. Se aprecian las impresiones que ha dejado su poda.
A continuación comienzo a alambrar el pino, haciéndolo, como es habitual, de abajo a arriba. La siguiente instantánea muestra las dos primeras ramas ya colocadas.
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Al tiempo que iba alambrando y colocando las ramas también les recortaba la acícula. Sé perfectamente que hay muchos aficionados que se muestran en contra de tal práctica, pero la realidad es que hasta en Japón es un procedimiento habitual en el cuidado de los pinos negros de tamaño pequeño. Da una mejor sensación de limpieza y orden. Cuando se aplica esta técnica para llevar un árbol a una exposición hay que procurar hacerlo en las vísperas de la misma. Si dejamos pasar muchos días se notarán las puntas de las acículas marrones, lo cual afea la composición.
Siguiendo las pautas descritas en el párrafo anterior, continúo avanzando con el modelado hasta llegar al ápice del árbol. En ese momento el ejemplar lucía así:
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¿
TRASPLANTAMOS ?
Una vez finalizado el remodelado del pino, a todas luces se ve demasiado grande y pesada la maceta. En mi mente ya rondaba la idea de trasplantarlo, así que cogí algunas de las macetas que tengo en stock y que por tamaño podían servir. Seguidamente comencé a analizar cual de ellas podía sentarle mejor.
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La rectangular de la izquierda no era la adecuada: demasiado recia y masculina en comparación
con el fuerte movimiento del tronco.
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Esta rectangular de bordes matados y sin labio estaba mejor, ya no era tan rústica. Sin embargo aún seguía siendo algo masculina, amén de que sus paredes, casi rectas, parecían cortar el movimiento del tronco.
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Esta redonda se aproximaba mucho a la ideal, de hecho ya estaba plantado en una con esa forma, aunque de mayor tamaño. Si en el trasplante se respetase el actual nivel de plantación sería la maceta adecuada, pero el tema es que tenía pensado levantar algo más el ejemplar, para tratar de destacar todavía más la fuerte curva de la izquierda del tronco. Así que también fue descartada.
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Al final me decanté por usar esta otra maceta ovalada y con labio, pues daba el toque de feminidad justo y el labio, al levantar un poco el pino, también enfatizaría más la curva de la izquierda.
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Hasta hace algunas semanas esta maceta estaba ocupada por un pequeño
Juniperus chinensis. Al cambiarle el tiesto, quedó este disponible y ahora le había llegado la ocasión de volver a ser utilizado.
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Las rejillas de drenaje ya colocadas...
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Y ya, sin más, plantamos el árbol en su nueva maceta. Finalmente conseguí levantarlo algo, como tenía pensado, ganando algunos centímetros de altura. Viendo las imágenes finales me da la sensación de que he acertado con la elección, de respetar el nivel de plantación anterior este tiesto se vería algo grande, tal vez, para el tamaño de la planta. Como siempre, finalizo la entrada con unas fotos del resultado final del trabajo.
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Lado derecho |
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Lado izquierdo |
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Dorso |
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Frente |
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Frente |
Por hoy ha terminado esta nueva aventura en forma de artículo de bonsái. Este cascarón seguirá navegando mientras el viejo capitán tenga algo que contar de este fascinante mundo. El rumbo ya ha sido fijado hacia un nuevo destino. La mar no parece ofrecer una navegación plácida, pero ¿quién dijo miedo?, ¡ somos marinos rudos, curtidos en mil batallas ! ¿no?
Juan Liñares - El Capitán